Formacióntitle_li=Formacion fibra opticatitle_li=Formacion FTTHtitle_li=Píldoras formativas Sangrado del cable de fibra óptica

Sangrado del cable de fibra óptica

El sangrado del cable de fibra óptica es la técnica que permite extraer las fibras del cable, sin necesidad de efectuar un corte transversal que interrumpa la continuidad.

Dependiendo de las cubierta y protecciones con las que cuente el cable de fibra óptica, existen diferentes tipos de cables.

En nuestro ejercicio, utilizaremos un cable de 64 F.O. PKP, es decir, es un cable con una capacidad de 64 fibras ópticas dotado de dos cubiertas concéntricas de polietileno y una tercera, compuesta de filamentos de kevlar que se aloja entre las dos anteriores.

El equipo de herramientas que utilizaremos en este ejercicio se compone de los siguientes elementos:

  • Peladora para cubiertas
  • Sangradora de tubos
  • Tijeras para Kevlar
  • Alicate de corte
  • Decapador
  • Solución limpiadora para gel
  • Rollo de celulosa

En primera instancia, con la peladora de cubierta, delimitamos el tramo de cable que pretendemos sangrar efectuando dos cortes transversales sobre la cubierta exterior, distantes el uno del otro 2,20 m aproximadamente. Esta longitud puede variar en función de los espacios para déposito y almacenaje de los que disponga el empalme o la caja terminal con la que estemos trabajando.

Seguidamente practicamos un corte transversal en el punto medio del tramo a sangrar y a continuación otros dos cortes transversales a ambos lados del primero, distantes cada uno de ellos 10 cm del efectuado en el punto medio, de esta manera conseguimos dos segmentos contiguos de 10 cm de cubierta exterior, perfectamente delimitados en el punto medio del tramo de cable a sangrar.

Posteriormente, también con la peladora de cubierta, efectuaremos un primer corte longitudinal a cada uno de los dos segmentos de 10 cm de cubierta exterior del cable, delimitados anteriormente.

A continuación, practicamos un segundo corte longitudinal en la cara de los segmentos diametralmente opuesta al corte anterior.

Una vez efectuados los cortes, procedemos a retirar los 10 cm de cubierta de cada uno de los segmentos, obteniendo de esta manera una ventana en la cubierta exterior de 20 cm de longitud.

Observamos que, al retirar las cubiertas, aparecen junto con los filamentos de Kevlar dos hilos trenzados, que usaremos para el corte de la cubierta.

Tanto los filamentos de kevlar como los hilos trenzados, se mostrarán con una longitud de 20 cm, que, al cortarlos por su punto medio, dispondremos de 10 cm de filamentos de kevlar e hilos de corte a cada lado de la ventana abierta en la cubierta exterior.

Seguidamente procedemos a cortar longitudinalmente la cubierta exterior del cable restante a ambos lados de la ventana, tirando de los hilos de corte hasta llegar a los cortes transversales que delimitan el sangrado, obteniendo como resultado la cubierta del cable seccionada en dos mitades longitudinales a cada lado.

Eliminamos los hilos de corte y las dos mitades de la cubierta exterior.

Llegados a este punto, cortaremos las fibras de kevlar a una distancia de 15 cm desde cada una de las marcas transversales que delimitan el sangrado.

Estos 15 cm de fibra de kevlar, los utilizaremos para elaborar unas trenzas que fijaremos, con posterioridad, en los elementos de retención y anclaje del empalme o caja terminal en el que estemos trabajando.

Para retirar la cubierta de polietileno del interior, seguiremos el mismo proceso que el aplicado a la cubierta exterior. En este caso, tendremos especial cuidado al graduar el calado de corte de la peladora, dado que debajo de esta última protección se encuentran los tubos donde se alojan las fibras, pudiendo dañarlos en el caso de practicar un corte demasiado profundo.

Una vez retirada la segunda protección de polietileno, identificamos los tubos usando un rotulador indeleble, pegatinas numeradas, presillas, etc.

Llegados a este punto observamos que los tubos, que giran alrededor del elemento central de refuerzo, no lo hacen en el mismo sentido de giro durante todo su recorrido mostrando un cambio de sentido cada 0,50 m. Esta particularidad facilitará posteriormente el desmadejado y manipulación de éstos.

A continuación, desmadejamos los tubos comenzando por el cambio de paso de hélice más próximo al centro de la sangría. Una vez se muestre el elemento central de refuerzo procedemos a su corte en el punto medio del sangrado, esto facilitará la labor de desmadejado de los tubos en toda su longitud. Posteriormente retiramos los hilos de aramida y los tramos del elemento central de refuerzo que quedan a ambos lados de la sangría, estos últimos serán eliminados con el alicate de corte, procurando cortarlos a una distancia de las cubiertas que no produzca una angulación pronunciada en los tubos.

En ocasiones, según la normativa de alguna operadora, es necesario conservar 15 cm del elemento central de refuerzo para fijarlo en los elementos de retención y anclaje de los empalmes y cajas terminales, al igual que hicimos anteriormente con la trenza de kevlar.

Seguidamente, procedemos a eliminar el rizado que muestran los tubos, producto del sentido giratorio de su trayecto a lo largo del cable. Esta operación la llevamos a cabo aplicando calor con el decapador, dando pasadas continuas en sentido longitudinal a los tubos hasta que pierdan el rizo y adquieran una textura dócil para su manipulado.

A continuación, procedemos a sangrar los tubos, esta operación se lleva a cabo con la sangradora de tubos. La sangradora de tubos se compone de dos partes simétricas que encajan entre ellas actuando a modo de bisagra, en una de las partes dispone de una cuchilla que cortará el tubo longitudinalmente y en la otra parte dispone de un calibre con varias posiciones que se ajustan a los diferentes diámetros que pueden tener los tubos en función de la capacidad del cable. Una vez alojado el tubo en la posición del calibre correspondiente, cerramos la sangradora y la deslizamos suavemente en el sentido de corte a lo largo del tubo, después procedemos a extraer las fibras del interior del tubo, practicando sobre éste un ángulo de 90 grados y eliminando a continuación toda la cubierta del tubo.

Una vez retirado el tubo, se muestran las fibras alojadas en su interior que se encuentran impregnadas de un gel lubricante.

El gel lubricante es necesario retirarlo antes de proceder a los trabajos con las fibras.

La limpieza del gel lubricante se lleva a cabo impregnando una madeja de celulosa en solución limpiadora, procediendo de la siguiente manera:

  • En primer lugar, sujetamos el mazo de fibras con la madeja de celulosa a la altura de la cubierta del tubo cortado en uno de sus extremos.
  • Seguidamente, efectuamos varias pasadas frotando las fibras con la madeja de celulosa desde un extremo al otro de la sangría practicada.
  • Una vez retirado el grueso del gel lubricante, cambiamos la madeja por otra limpia impregnada con solución limpiadora y efectuamos varias pasadas más hasta conseguir que las fibras se separen totalmente unas de otras.

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